Friday 7 June 2013

Entrevista con Hamid Majeed Mousa, Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Iraq





Entrevista con Hamid Majeed Mousa, Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Iraq


"El sistema político, basado en una distribución sectaria y étnica del poder, impide la consolidación de la democracia"

18 May 2013

-¿Diez años después de la criminal invasión de Iraq, cuál es la evaluación del Partido Comunista de Iraq de la situación actual?
HMM: El Partido Comunista Iraquí estaba trabajando antes de la guerra con la consigna: “No a la guerra, no a la dictadura”, y cuando la guerra tuvo lugar y colapsó el régimen de Saddam, el partido se opuso a la ocupación y llamó a crear un Iraq independiente y democrático. Dijimos que la guerra no crearía un Iraq donde la aspiración del pueblo para alcanzar una vida digna y democrática, construir una economía balanceada y dinámica, podría ser alcanzada. El partido, por lo tanto, trabajó después de la guerra con otras fuerzas políticas nacionales para alcanzar los prerrequisitos para terminar la ocupación extranjera y alcanzar la democracia, la independencia y soberanía nacional.
Los años que han transcurrido desde la caída de la dictadura no han traído muchas ganancias para el pueblo iraquí. Es verdad que los iraquíes salieron de una dictadura terrible y criminal y se puso fin a las sanciones internacionales, pero la mejora del nivel de vida, las libertades públicas, no ha sido suficiente en comparación con los sacrificios del pueblo. El legado de la dictadura se mantiene en muchos aspectos de la vida social, económica y cultural; las fuerzas del terrorismo y el sabotaje, incluyendo el extremismo religioso, los remanentes de al-Qaeda, y del antiguo régimen, continúan operando, y la corrupción financiera y administrativa ha aumentado. Todo esto ha dificultado e impedido que el país avance hacia nuevas metas que puedan facilitar al pueblo una mejor vida, libertad e instituciones legales que protejan al país de la excesiva burocracia y de la posibilidad de retornar a la dictadura.
Después del 2003, un sistema político basado en una distribución sectaria y étnica del poder, fue adoptado. Este sistema siempre produce tensiones sociales, fragmentación política y rivalidades que impiden el desarrollo del proceso político, e impide la consolidación de instituciones democráticas y de los cuerpos legales necesarios.
Entonces, resumiendo, el resultado de los diez años desde la ocupación, es muy modesto y muy desalentador. Las fuerzas políticas dominantes tienen una gran responsabilidad por este desarrollo, especialmente a partir de que el deseo y las aspiraciones del pueblo iraquí eran alcanzar la salida de las fuerzas militares ocupantes de su territorio al final del 2011. Pero la consolidación de la independencia nacional, en sus diferentes dimensiones, requiere la unidad nacional basada en un proyecto nacional democrático, un estado de instituciones civiles regidas por la ley. Estas siguen siendo hoy las aspiraciones del pueblo iraquí, que se movilizan para alcanzar un proceso de cambios políticos y de reformas radicales que transformen al país, y lo lleven desde la triste realidad actual, a alcanzar sus altas aspiraciones e intereses.
-Muchos consideran que la incapacidad de controlar el país y alcanzar la estabilidad, es resultado de la tendencia, predominante en el gobierno central, de establecer una alianza con Irán y los Estados Unidos, y debido a la interferencia de regímenes del Golfo y Turquía, que alientan una guerra civil sectaria, con el propósito de dividir Iraq en tres estados. A esto se suman los ataques terroristas contra la población. ¿Cómo analiza el PCI esta situación?
HMM: El resultado natural y las consecuencias de la política de dividir el poder según principios sectarios y étnicos y en la construcción de las relaciones políticas, ha sido la intensificación de las contradicciones que reflejan los intereses de diferentes clases sociales en los niveles dirigentes del país, este conflicto necesariamente aumenta las contradicciones y produce tendencias políticas que no sirven a la estabilidad, la paz y la seguridad en Iraq. Por el contrario, refuerzan las tensiones y rivalidades y lleva a las partes rivales a adoptar métodos antidemocráticos. Estos métodos incluyen el establecimiento de milicias para imponerse sobre sus oponentes o para imponer restricciones a sus rivales, lo cual distorsiona el carácter del estado, limita la libertad, viola los derechos humanos y promueve la práctica de discriminación sectaria.
Por otra parte las fuerzas opuestas con el objetivo de obtener éxitos o de incrementar las posibilidades de poder, acuden a buscar apoyos externos con los cuales mantienen estrechos intereses al igual que vínculos ideológicos y sectarios. Esto facilita el camino a la interferencia de poderes regionales y otros en los asuntos internos de Iraq a costa de los intereses del pueblo. Esto es lo que está sucediendo en estos momentos, como los esfuerzos que están tratando de llevar a Iraq a involucrarse en los conflictos de la región por la vía de alimentar el problema sectario, en el cual Catar, Turquía y los Estados del Golfo, así como Irán están jugando un papel muy activo.
La escalada en las confrontaciones internas, las tensiones en las relaciones sectarias, así como la creciente intolerancia entre partes, están empujando en la dirección de impedir la unidad nacional, al tiempo que sabotean el principio de ciudadanía iraquí para producir la división del estado. Nosotros los comunistas, pensamos que el sistema federal podría ser consistente con la constitución, si se respeta el deseo popular y los métodos democráticos. También pensamos que la división de Iraq o el establecimiento de regiones sobre bases sectarias sería una abierta declaración de guerra civil, la que es incompatible con la democracia y el deseo de nuestro pueblo del principio de unidad ciudadana en nuestra propia patria. Por lo tanto, la división serviría a los planes de los poderes regionales e internacionales y está en línea con el plan anunciado por el Vicepresidente estadounidense Joe Biden para dividir Iraq en tres pequeños estados bajo el título de “Iraq Federado”. Eso llevaría a los iraquíes a una espiral de conflictos sangrientos y de luchas internas, ninguna secta o comunidad se beneficiaría de esta empresa criminal.
-Desde hace dos años se está desarrollando una guerra contra el gobierno del Partido Baas en Siria, usando terroristas, principalmente salafistas y yihadistas, los cuales son reclutados y financiados por Occidente y sus aliados del Consejo de Cooperación del Golfo y Turquía ¿Cuál es la posición del PCI en relación con esta guerra?
HMM: Nosotros como partido comunista, llamamos muy tempranamente a respetar la voluntad del pueblo sirio y sus decisiones para construir un sistema democrático, que responda a los deseos del pueblo y facilite el desarrollo de Siria según los requerimientos de la vida democrática y constitucional y evitara cualquier manifestación violenta.
Estamos totalmente convencidos de que esa es la vía necesaria y correcta para alcanzar una reforma y un cambio en Siria, sobre la condición de que esta tenga lugar de forma pacífica sin la interferencia de fuerzas externas en sus asuntos internos y respetando la voluntad popular. Ahora que los sucesos han tenido lugar contra el deseo de los amigos de Siria y del pueblo sirio, no podemos dejar de señalar el hecho de que muchas fuerzas terroristas se han desarrollado en Siria antes de la sublevación. Muchas de estas fuerzas habían sido introducidas en Iraq a través del territorio sirio y con el conocimiento de la Inteligencia siria, atacando y matando al pueblo iraquí sin justificación ninguna. Las cosas han cambiado en este momento debido a que estos elementos cambiaron sus identidades y se aliaron con algunos poderes imperialistas y con fuerzas y partidos antidemocráticos, y cometen masacres contra el pueblo sirio además de tratar de sabotear el país.
Estamos al tanto de los grandes daños causados por la escalada terrorista en Siria y el creciente papel que están jugando las fuerzas extremistas y terroristas al-Qaeda y elementos del Frente al-Nusra. Tememos que los efectos de esta guerra adquieran un total carácter sectario, lo cual Catar y Turquía trabajan por alcanzar.
Por un lado estamos preocupados por esto y su impacto negativo en la situación interna de Iraq y por el otro consideramos que su continuidad no sirve a los intereses del pueblo sirio. Consecuentemente, primero llamamos al diálogo entre el gobierno sirio y la oposición nacional democrática, y segundo, urgimos la adopción de un proyecto nacional democrático que lleve a una solución de los problemas políticos y sociales.
En tercer lugar, rechazamos el uso de la violencia por todas las partes, sin excepciones. También rechazamos de forma absoluta y firme la interferencia de países extranjeros en cualquier forma, directa o indirecta, abierta o encubierta. Este es el único camino que pudiera restaurar la paz y la seguridad en Siria y ofrecer a su pueblo tranquilidad y estabilidad.
-¿Cuáles son las relaciones entre el Partido Comunista Iraquí con el Partido Comunista del Kurdistán y cómo las describe?
HMM: Nosotros vivimos en una sola patria, tenemos preocupaciones comunes en los asuntos estratégicos, que son los mismos. Planteamos nuestra política estratégica conjunta en el Congreso Nacional del PCI. Los camaradas kurdos, miembros del PCK quienes gozan de un estado autónomo sobre asuntos del Kurdistán, participan en este Congreso en una proporción y una forma que es determinada por los Comités Centrales de ambos partidos. En acuerdo con otros camaradas iraquíes de diferente origen étnico, ellos participan en la discusión de los documentos del partido, dan sus opiniones, contribuyen a la adopción de acuerdos y toman parte en los niveles de dirección del Partido Comunista Iraquí. Ellos constituyen el 20% de los miembros del Comité Central del PCI y el Secretario del Comité Central del Partido Comunista del Kurdistán es miembros del Buró Político del PCI.
Entre las sucesivas reuniones del Comité Central, se sostienen otras reuniones de consulta entre comités especializados, así como entre los Buroes Políticos de ambos partidos, y algunas veces entre los dos Comités Centrales, con el objetico de hacer consultas y formular planes apropiados, especialmente en relación con los asuntos de la unidad de Iraq.
Al mismo tiempo, el PCK tiene su propio programa que le permite actuar con independencia en asuntos relacionados con su región. Tiene sus propias reglas internas, las cuales regulan el trabajo de la organización partidista en su propia región. El Partido Comunista del Kurdistán representa una extensión y un desarrollo de la antigua “Organización Regional para el Kurdistán” que mantenía el PCI, la cual ha evolucionado de acuerdo al desarrollo político-administrativo de Iraq, especialmente después del establecimiento del federalismo en el Kurdistán.
El Partido Comunista del Kurdistán desarrolla los detalles de su programa y su política concreta, que es consistente con esta realidad y con el objetivo de desarrollar su papel dentro del pueblo kurdo de Iraq. Nuestras relaciones están basadas en principios comunistas y en el espíritu internacionalista, así como en la historia y principios comunes. Esta es una relación fuerte, sostenida y dinámica.
-¿Cómo evalúa el PCI la situación en el Medio Oriente y en el mundo árabe en general, y que usted piensa del calificativo de “Primavera Árabe”?
-HMM: El Medio Oriente está viviendo un momento de transformaciones y luchas, basado en las aspiraciones de los pueblos y en los esfuerzos del mundo árabe ─los cuales poseen grandes recursos naturales y potencial humano─ con los que podría alcanzar la libertad y una vida próspera. Sin embargo ellos están viviendo en un estado de subdesarrollo, pobreza, hambre y necesidades.
Sus aspiraciones son legítimas, ellos anhelan la reconstrucción y cambios de los regímenes existentes, para crear sistemas que reflejen sus intereses y sean consistentes con los deseos y disponibilidades que existen, la naturaleza de los tiempos y la evolución del mundo actual. Son aspiraciones justas de estos pueblos a disfrutar una vida mejor con dignidad y libertad, garantizando sus derechos básicos.
Por otro lado existen regímenes antidemocráticos, retrógrados y dictatoriales, apoyados por las fuerzas globales de la reacción y el imperialismo que están explotando las riquezas de los pueblos árabes, manteniéndose en el poder a través de métodos brutales y robando las riquezas del país.
Esta es la verdadera naturaleza del conflicto en el Medio Oriente y la base de los acontecimientos que están ocurriendo. Los pueblos en los países árabes, mientras viven desarrollos de situaciones internas y globales, también están afectados por una serie de factores en sus esfuerzos por alcanzar sus derechos. Por lo tanto pensamos que las sublevaciones ocurridas en los pueblos árabes no son movimientos artificiales, ni revoluciones que han sido importadas desde el exterior, no son conspiraciones organizadas desde fuera.
Ellas tienen una base objetiva, la cual responde al deseo de los pueblos árabes de establecer estados libres y democráticos en los cuales se pueda disfrutar del derecho a una vida decente. Esta es la verdadera aspiración de los pueblos árabes. Pero desgraciadamente, otros problemas inciden en estos movimientos, tales como el débil papel de fuerzas organizadas con una clara orientación política, lo cual es el resultado de la represión sufrida a causa de los regímenes dictatoriales que han aplicado el terror, los asesinatos y la tortura. Como consecuencia, ha prevalecido la espontaneidad lo que a la vez ha posibilitado que prevalezcan y se esparzan doctrinas, ideas y teorías, que han impedido al amplio movimiento de masas integrado por millones de personas alcanzar sus legítimos objetivos. Estas son debilidades y vacios que han sido explotados por fuerzas que representan un limitado papel en la oposición.
Algunas de estas fuerzas han sido capaces de dirigir el nuevo escenario político, partiendo de que poseen recursos materiales y mediáticos y disfrutan de una presencia política más amplia que las nuevas dirigencias populares que carecen de programas políticos claros y fuerzas progresistas y revolucionarias, cuya contribución y presencia ha sido debilitada. En cambio las fuerzas que prevalecen en el escenario político han recibido apoyo del exterior. Muchos países extranjeros, instituciones y organismos, fueron sorprendidos por la dimensión de los movimientos de protesta, sus tendencias radicales y la naturaleza de sus objetivos. Por lo tanto ellos trabajaron para contener y debilitar estos movimientos, tratando de mantenerlos dentro de determinados límites, con el fin de sostener los nuevos regímenes bajo control y poder continuar explotando las capacidades de estos países, especialmente sus recursos naturales.
He aquí el problema que han enfrentado las revoluciones de la Primavera Árabe. Nosotros honramos y respetamos la voluntad de los pueblos y sus deseos de liberación. Por otro lado señalamos tempranamente las deficiencias y limitaciones de este amplio movimiento de masas, y alertamos sobre la posibilidad de que se facilitara el camino a las fuerzas contrarrevolucionarias y a las fuerzas internas y externas que colaboran con él, con el fin de contener el movimiento de masas.
A pesar de esto, pensamos que el movimiento no está derrotado todavía ni ha llegado a su fin. Las fuerzas revolucionarias en los países de la Primavera Árabe están luchando y se reorganizan para contener a las contrarrevolucionarias, retrogradas y antidemocráticas, y evitar que estas dominen el escenario político y desvíen la sublevación y la revolución de sus objetivos reales.
-¿Cuáles son las prioridades del trabajo del Partido Comunista de Iraq?
HMM: El PCI trabaja para la consolidación de instituciones democráticas y para la búsqueda de una solución a los problemas creados por el sistema de distribución del poder mediante una fórmula sectaria y étnica, que es el origen de la distorsión de la vida política en Iraq. Eliminar esto, sería el punto de partida para consolidar la democracia, los valores, las instituciones y mecanismos, y el sistema de gobierno. Este sería el camino adecuado para reconstruir la economía del país y dirigir sus recursos para el desarrollo y para asegurar una vida próspera para su pueblo. Sería la forma de asegurar la cohesión social, activar el carácter de ciudadanía, el rechazo a la discriminación y la forma de prevenir interferencia exterior. Sería la base para la restauración total de la soberanía económica y política, y para eliminar las consecuencias de la ocupación y la dictadura que prevaleció durante muchos años.
El PCI ha participado en la lucha electoral, y sus representantes, en alianza con otras fuerzas progresistas, han adoptado programas consistentes con sus intereses nacionales democráticos. Ellos desean asegurar los derechos del pueblo iraquí, igual oportunidades de trabajo, rechazar la discriminación, facilitar el disfrute de servicios básicos, asegurar los derechos humanos y la estabilidad, poner fin a la situación caótica y combatir el terrorismo. Reconstruir un nuevo país sobre bases económicas sólidas, con una estrategia científica que utilice sus enormes recursos y los ingresos provenientes del petróleo, para combatir el desempleo y elevar el nivel de vida de la población. Esto es lo que los representantes del Partido en la coalición electoral, han presentado en las elecciones provinciales que han tenido lugar el pasado 20 de abril.
Junto a ello, hemos sido capaces de recorrer un largo camino dirigido a eliminar el legado de la ocupación y la guerra en Iraq y nos movemos en la dirección de construir un Iraq unificado, independiente y con una democracia federal y civil.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


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