Entrevista con
Hamid Majeed Mousa, Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Iraq
"El sistema
político, basado en una distribución sectaria y étnica del poder, impide la
consolidación de la democracia"
18 May 2013
-¿Diez años después de la criminal invasión
de Iraq, cuál es la evaluación del Partido Comunista de Iraq de la situación
actual?
HMM:
El Partido Comunista Iraquí estaba trabajando antes de la guerra con la
consigna: “No a la guerra, no a la dictadura”, y cuando la guerra tuvo lugar y
colapsó el régimen de Saddam, el partido se opuso a la ocupación y llamó a
crear un Iraq independiente y democrático. Dijimos que la guerra no crearía un
Iraq donde la aspiración del pueblo para alcanzar una vida digna y democrática,
construir una economía balanceada y dinámica, podría ser alcanzada. El partido,
por lo tanto, trabajó después de la guerra con otras fuerzas políticas
nacionales para alcanzar los prerrequisitos para terminar la ocupación
extranjera y alcanzar la democracia, la independencia y soberanía nacional.
Los
años que han transcurrido desde la caída de la dictadura no han traído muchas
ganancias para el pueblo iraquí. Es verdad que los iraquíes salieron de una
dictadura terrible y criminal y se puso fin a las sanciones internacionales,
pero la mejora del nivel de vida, las libertades públicas, no ha sido
suficiente en comparación con los sacrificios del pueblo. El legado de la
dictadura se mantiene en muchos aspectos de la vida social, económica y
cultural; las fuerzas del terrorismo y el sabotaje, incluyendo el extremismo
religioso, los remanentes de al-Qaeda, y del antiguo régimen, continúan
operando, y la corrupción financiera y administrativa ha aumentado. Todo esto
ha dificultado e impedido que el país avance hacia nuevas metas que puedan
facilitar al pueblo una mejor vida, libertad e instituciones legales que
protejan al país de la excesiva burocracia y de la posibilidad de retornar a la
dictadura.
Después
del 2003, un sistema político basado en una distribución sectaria y étnica del
poder, fue adoptado. Este sistema siempre produce tensiones sociales,
fragmentación política y rivalidades que impiden el desarrollo del proceso
político, e impide la consolidación de instituciones democráticas y de los
cuerpos legales necesarios.
Entonces,
resumiendo, el resultado de los diez años desde la ocupación, es muy modesto y
muy desalentador. Las fuerzas políticas dominantes tienen una gran
responsabilidad por este desarrollo, especialmente a partir de que el deseo y
las aspiraciones del pueblo iraquí eran alcanzar la salida de las fuerzas
militares ocupantes de su territorio al final del 2011. Pero la consolidación
de la independencia nacional, en sus diferentes dimensiones, requiere la unidad
nacional basada en un proyecto nacional democrático, un estado de instituciones
civiles regidas por la ley. Estas siguen siendo hoy las aspiraciones del pueblo
iraquí, que se movilizan para alcanzar un proceso de cambios políticos y de
reformas radicales que transformen al país, y lo lleven desde la triste
realidad actual, a alcanzar sus altas aspiraciones e intereses.
-Muchos consideran que la incapacidad de controlar el
país y alcanzar la estabilidad, es resultado de la tendencia, predominante en
el gobierno central, de establecer una alianza con Irán y los Estados Unidos, y
debido a la interferencia de regímenes del Golfo y Turquía, que alientan una
guerra civil sectaria, con el propósito de dividir Iraq en tres estados. A esto
se suman los ataques terroristas contra la población. ¿Cómo analiza el PCI esta
situación?
HMM:
El resultado natural y las consecuencias de la política de dividir el poder
según principios sectarios y étnicos y en la construcción de las relaciones
políticas, ha sido la intensificación de las contradicciones que reflejan los
intereses de diferentes clases sociales en los niveles dirigentes del país,
este conflicto necesariamente aumenta las contradicciones y produce tendencias
políticas que no sirven a la estabilidad, la paz y la seguridad en Iraq. Por el
contrario, refuerzan las tensiones y rivalidades y lleva a las partes rivales a
adoptar métodos antidemocráticos. Estos métodos incluyen el establecimiento de
milicias para imponerse sobre sus oponentes o para imponer restricciones a sus
rivales, lo cual distorsiona el carácter del estado, limita la libertad, viola
los derechos humanos y promueve la práctica de discriminación sectaria.
Por
otra parte las fuerzas opuestas con el objetivo de obtener éxitos o de
incrementar las posibilidades de poder, acuden a buscar apoyos externos con los
cuales mantienen estrechos intereses al igual que vínculos ideológicos y
sectarios. Esto facilita el camino a la interferencia de poderes regionales y
otros en los asuntos internos de Iraq a costa de los intereses del pueblo. Esto
es lo que está sucediendo en estos momentos, como los esfuerzos que están
tratando de llevar a Iraq a involucrarse en los conflictos de la región por la
vía de alimentar el problema sectario, en el cual Catar, Turquía y los Estados
del Golfo, así como Irán están jugando un papel muy activo.
La
escalada en las confrontaciones internas, las tensiones en las relaciones
sectarias, así como la creciente intolerancia entre partes, están empujando en
la dirección de impedir la unidad nacional, al tiempo que sabotean el principio
de ciudadanía iraquí para producir la división del estado. Nosotros los
comunistas, pensamos que el sistema federal podría ser consistente con la
constitución, si se respeta el deseo popular y los métodos democráticos.
También pensamos que la división de Iraq o el establecimiento de regiones sobre
bases sectarias sería una abierta declaración de guerra civil, la que es
incompatible con la democracia y el deseo de nuestro pueblo del principio de
unidad ciudadana en nuestra propia patria. Por lo tanto, la división serviría a
los planes de los poderes regionales e internacionales y está en línea con el
plan anunciado por el Vicepresidente estadounidense Joe Biden para dividir Iraq
en tres pequeños estados bajo el título de “Iraq Federado”. Eso llevaría a los
iraquíes a una espiral de conflictos sangrientos y de luchas internas, ninguna
secta o comunidad se beneficiaría de esta empresa criminal.
-Desde
hace dos años se está desarrollando una guerra contra el gobierno del Partido
Baas en Siria, usando terroristas, principalmente salafistas y yihadistas, los
cuales son reclutados y financiados por Occidente y sus aliados del Consejo de
Cooperación del Golfo y Turquía ¿Cuál es la posición del PCI en relación con
esta guerra?
HMM:
Nosotros como partido comunista, llamamos muy tempranamente a respetar la
voluntad del pueblo sirio y sus decisiones para construir un sistema
democrático, que responda a los deseos del pueblo y facilite el desarrollo de
Siria según los requerimientos de la vida democrática y constitucional y
evitara cualquier manifestación violenta.
Estamos
totalmente convencidos de que esa es la vía necesaria y correcta para alcanzar
una reforma y un cambio en Siria, sobre la condición de que esta tenga lugar de
forma pacífica sin la interferencia de fuerzas externas en sus asuntos internos
y respetando la voluntad popular. Ahora que los sucesos han tenido lugar contra
el deseo de los amigos de Siria y del pueblo sirio, no podemos dejar de señalar
el hecho de que muchas fuerzas terroristas se han desarrollado en Siria antes
de la sublevación. Muchas de estas fuerzas habían sido introducidas en Iraq a
través del territorio sirio y con el conocimiento de la Inteligencia siria,
atacando y matando al pueblo iraquí sin justificación ninguna. Las cosas han
cambiado en este momento debido a que estos elementos cambiaron sus identidades
y se aliaron con algunos poderes imperialistas y con fuerzas y partidos
antidemocráticos, y cometen masacres contra el pueblo sirio además de tratar de
sabotear el país.
Estamos
al tanto de los grandes daños causados por la escalada terrorista en Siria y el
creciente papel que están jugando las fuerzas extremistas y terroristas
al-Qaeda y elementos del Frente al-Nusra. Tememos que los efectos de esta
guerra adquieran un total carácter sectario, lo cual Catar y Turquía trabajan
por alcanzar.
Por
un lado estamos preocupados por esto y su impacto negativo en la situación
interna de Iraq y por el otro consideramos que su continuidad no sirve a los
intereses del pueblo sirio. Consecuentemente, primero llamamos al diálogo entre
el gobierno sirio y la oposición nacional democrática, y segundo, urgimos la
adopción de un proyecto nacional democrático que lleve a una solución de los
problemas políticos y sociales.
En
tercer lugar, rechazamos el uso de la violencia por todas las partes, sin
excepciones. También rechazamos de forma absoluta y firme la interferencia de
países extranjeros en cualquier forma, directa o indirecta, abierta o
encubierta. Este es el único camino que pudiera restaurar la paz y la seguridad
en Siria y ofrecer a su pueblo tranquilidad y estabilidad.
-¿Cuáles son las relaciones entre el Partido Comunista
Iraquí con el Partido Comunista del Kurdistán y cómo las describe?
HMM:
Nosotros vivimos en una sola patria, tenemos preocupaciones comunes en los
asuntos estratégicos, que son los mismos. Planteamos nuestra política
estratégica conjunta en el Congreso Nacional del PCI. Los camaradas kurdos,
miembros del PCK quienes gozan de un estado autónomo sobre asuntos del
Kurdistán, participan en este Congreso en una proporción y una forma que es
determinada por los Comités Centrales de ambos partidos. En acuerdo con otros
camaradas iraquíes de diferente origen étnico, ellos participan en la discusión
de los documentos del partido, dan sus opiniones, contribuyen a la adopción de
acuerdos y toman parte en los niveles de dirección del Partido Comunista
Iraquí. Ellos constituyen el 20% de los miembros del Comité Central del PCI y
el Secretario del Comité Central del Partido Comunista del Kurdistán es
miembros del Buró Político del PCI.
Entre
las sucesivas reuniones del Comité Central, se sostienen otras reuniones de
consulta entre comités especializados, así como entre los Buroes Políticos de
ambos partidos, y algunas veces entre los dos Comités Centrales, con el
objetico de hacer consultas y formular planes apropiados, especialmente en
relación con los asuntos de la unidad de Iraq.
Al
mismo tiempo, el PCK tiene su propio programa que le permite actuar con
independencia en asuntos relacionados con su región. Tiene sus propias reglas
internas, las cuales regulan el trabajo de la organización partidista en su
propia región. El Partido Comunista del Kurdistán representa una extensión y un
desarrollo de la antigua “Organización Regional para el Kurdistán” que mantenía
el PCI, la cual ha evolucionado de acuerdo al desarrollo
político-administrativo de Iraq, especialmente después del establecimiento del
federalismo en el Kurdistán.
El
Partido Comunista del Kurdistán desarrolla los detalles de su programa y su
política concreta, que es consistente con esta realidad y con el objetivo de
desarrollar su papel dentro del pueblo kurdo de Iraq. Nuestras relaciones están
basadas en principios comunistas y en el espíritu internacionalista, así como
en la historia y principios comunes. Esta es una relación fuerte, sostenida y
dinámica.
-¿Cómo evalúa el PCI la situación en el Medio Oriente y
en el mundo árabe en general, y que usted piensa del calificativo de “Primavera
Árabe”?
-HMM:
El Medio Oriente está viviendo un momento de transformaciones y luchas, basado
en las aspiraciones de los pueblos y en los esfuerzos del mundo árabe ─los
cuales poseen grandes recursos naturales y potencial humano─ con los que podría
alcanzar la libertad y una vida próspera. Sin embargo ellos están viviendo en
un estado de subdesarrollo, pobreza, hambre y necesidades.
Sus
aspiraciones son legítimas, ellos anhelan la reconstrucción y cambios de los
regímenes existentes, para crear sistemas que reflejen sus intereses y sean
consistentes con los deseos y disponibilidades que existen, la naturaleza de
los tiempos y la evolución del mundo actual. Son aspiraciones justas de estos
pueblos a disfrutar una vida mejor con dignidad y libertad, garantizando sus
derechos básicos.
Por
otro lado existen regímenes antidemocráticos, retrógrados y dictatoriales,
apoyados por las fuerzas globales de la reacción y el imperialismo que están
explotando las riquezas de los pueblos árabes, manteniéndose en el poder a
través de métodos brutales y robando las riquezas del país.
Esta
es la verdadera naturaleza del conflicto en el Medio Oriente y la base de los
acontecimientos que están ocurriendo. Los pueblos en los países árabes,
mientras viven desarrollos de situaciones internas y globales, también están
afectados por una serie de factores en sus esfuerzos por alcanzar sus derechos.
Por lo tanto pensamos que las sublevaciones ocurridas en los pueblos árabes no
son movimientos artificiales, ni revoluciones que han sido importadas desde el
exterior, no son conspiraciones organizadas desde fuera.
Ellas
tienen una base objetiva, la cual responde al deseo de los pueblos árabes de
establecer estados libres y democráticos en los cuales se pueda disfrutar del
derecho a una vida decente. Esta es la verdadera aspiración de los pueblos
árabes. Pero desgraciadamente, otros problemas inciden en estos movimientos,
tales como el débil papel de fuerzas organizadas con una clara orientación
política, lo cual es el resultado de la represión sufrida a causa de los
regímenes dictatoriales que han aplicado el terror, los asesinatos y la
tortura. Como consecuencia, ha prevalecido la espontaneidad lo que a la vez ha
posibilitado que prevalezcan y se esparzan doctrinas, ideas y teorías, que han
impedido al amplio movimiento de masas integrado por millones de personas
alcanzar sus legítimos objetivos. Estas son debilidades y vacios que han sido
explotados por fuerzas que representan un limitado papel en la oposición.
Algunas
de estas fuerzas han sido capaces de dirigir el nuevo escenario político,
partiendo de que poseen recursos materiales y mediáticos y disfrutan de una
presencia política más amplia que las nuevas dirigencias populares que carecen
de programas políticos claros y fuerzas progresistas y revolucionarias, cuya
contribución y presencia ha sido debilitada. En cambio las fuerzas que
prevalecen en el escenario político han recibido apoyo del exterior. Muchos
países extranjeros, instituciones y organismos, fueron sorprendidos por la
dimensión de los movimientos de protesta, sus tendencias radicales y la
naturaleza de sus objetivos. Por lo tanto ellos trabajaron para contener y
debilitar estos movimientos, tratando de mantenerlos dentro de determinados
límites, con el fin de sostener los nuevos regímenes bajo control y poder
continuar explotando las capacidades de estos países, especialmente sus
recursos naturales.
He
aquí el problema que han enfrentado las revoluciones de la Primavera Árabe.
Nosotros honramos y respetamos la voluntad de los pueblos y sus deseos de
liberación. Por otro lado señalamos tempranamente las deficiencias y
limitaciones de este amplio movimiento de masas, y alertamos sobre la
posibilidad de que se facilitara el camino a las fuerzas contrarrevolucionarias
y a las fuerzas internas y externas que colaboran con él, con el fin de
contener el movimiento de masas.
A
pesar de esto, pensamos que el movimiento no está derrotado todavía ni ha
llegado a su fin. Las fuerzas revolucionarias en los países de la Primavera
Árabe están luchando y se reorganizan para contener a las
contrarrevolucionarias, retrogradas y antidemocráticas, y evitar que estas
dominen el escenario político y desvíen la sublevación y la revolución de sus
objetivos reales.
-¿Cuáles son las prioridades del trabajo del Partido
Comunista de Iraq?
HMM:
El PCI trabaja para la consolidación de instituciones democráticas y para la
búsqueda de una solución a los problemas creados por el sistema de distribución
del poder mediante una fórmula sectaria y étnica, que es el origen de la
distorsión de la vida política en Iraq. Eliminar esto, sería el punto de
partida para consolidar la democracia, los valores, las instituciones y
mecanismos, y el sistema de gobierno. Este sería el camino adecuado para
reconstruir la economía del país y dirigir sus recursos para el desarrollo y
para asegurar una vida próspera para su pueblo. Sería la forma de asegurar la
cohesión social, activar el carácter de ciudadanía, el rechazo a la
discriminación y la forma de prevenir interferencia exterior. Sería la base
para la restauración total de la soberanía económica y política, y para
eliminar las consecuencias de la ocupación y la dictadura que prevaleció
durante muchos años.
El
PCI ha participado en la lucha electoral, y sus representantes, en alianza con
otras fuerzas progresistas, han adoptado programas consistentes con sus
intereses nacionales democráticos. Ellos desean asegurar los derechos del
pueblo iraquí, igual oportunidades de trabajo, rechazar la discriminación,
facilitar el disfrute de servicios básicos, asegurar los derechos humanos y la
estabilidad, poner fin a la situación caótica y combatir el terrorismo.
Reconstruir un nuevo país sobre bases económicas sólidas, con una estrategia
científica que utilice sus enormes recursos y los ingresos provenientes del
petróleo, para combatir el desempleo y elevar el nivel de vida de la población.
Esto es lo que los representantes del Partido en la coalición electoral, han
presentado en las elecciones provinciales que han tenido lugar el pasado 20 de
abril.
Junto
a ello, hemos sido capaces de recorrer un largo camino dirigido a eliminar el
legado de la ocupación y la guerra en Iraq y nos movemos en la dirección de
construir un Iraq unificado, independiente y con una democracia federal y
civil.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor
mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para
publicarlo en otras fuentes.
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